Es un hotel de carretera con continuo tránsito de personas de variopintos tipos (camioneros, moteros, familias, gente de paso, etc.). No hay insonorización en las habitaciones, se escucha con claridad la conversación de los que están al otro lado, así que te la juegas en función de quién tengas de vecino. No salía agua muy caliente en la ducha (menos mal que fuimos en plena ola de calor). Limpieza diaria correcta. Es muy útil la pequeña nevera de la habitación. Olor a tubería en el baño, que está reformado. Atención en recepción correcta también, con personal amable. Cafetería algo desfasada y caótica pero aceptable para desayunar. Tiene una piscina de verano bastante agradable pero no es exclusiva para clientes. Usamos este hotel como base para conocer parte de la provincia, que es muy recomendable por su belleza y variedad de opciones. No se trata de un hotel de alto nivel, pero eso se sabe y acepta al reservar. Está ubicado junto a la autovía, lejos de Almendralejo (imprescindible coche). Una opción correcta, pero pensamos que sería un lugar más tranquilo.